El sindrome miofascial y la fibromialgia se caracterizan porque ambas presentan sensibilidad y dolor en tejidos blandos, siendo el compromiso del sistema muscular el predominante, afecta en mayor proporción a mujeres que hombres, y puede haber factores ambientales tales como posturas, traumas, hábitos disfuncionales o esfuerzos repetitivos que pueden contribuir a su aparición o perpetuación. Sin embargo cada uno presenta características propias que permiten diferenciar uno de otro.
La fibromialgia se caracteriza por dolor corporal difuso no sólo de músculos sino también de otros tejidos blandos como huesos y tendones, y sensibilidad a la palpación de puntos precisos ubicados en cuello, tronco y extremidades. Además se asocia a otras enfermedades sistémicas como colon irritable, fátiga crónica, trastornos del sueño y depresión.
Los criterios diagnósticos de acuerdo al Colegio Americano de Reumatología son:
– Dolor difuso de más de tres meses de evolución
– Ausencia de otra enfermedad que pudiera ser la causa del dolor
– 11 de 18 puntos sensibles unilaterales o bilaterales (occipucio, cervical inferior, trapecio superior, supraespinoso, articulación condrocostal de la segunda costilla, epicóndilo, glúteos, trocanter mayor y cara interna de la línea articular de rodilla).
Pueden ser factores contribuyentes los siguientes:
– Alteración del sueño y fatiga matinal
– Rigidez matutina
– Sensación de entumecimiento de una extremidad
– Ausencia de pruebas de laboratorio que demuestren daño muscular o inflamación.
Por otra parte el sindrome miofascial se caracteriza por un dolor muscular con acortamiento muscular, aumento del tono muscular, rigidez muscular y presencia de puntos gatillos (trigger points). La presión de estos trigger points provoca dolor en una zona de referencia. Los puntos gatillos pueden ser activos, presentando dolor continuo, o bien pueden ser latentes, que no presentan dolor y sólo al palparlos aparece hipersensibilidad y dolor en la zona de referencia.
Dentro de las diferencias está que el dolor del síndrome miofascial es localizado y en relación al punto gatillo, mientras que en la fibromialgia el dolor es difuso y no se relaciona con los puntos sensibles. Otro aspecto, es el compromiso de otros sistemas ya que en la fibromialgia es común que el paciente presente alteraciones del sueño, fatiga crónica, colon irritable y trastornos del ánimo, mientras que en el caso del síndrome miofascial esto es infrecuente, a excepción de la alteración del sueño que a veces se presenta en los casos crónicos.
Los objetivos de tratamiento se van a enfocar en disminuir el dolor, relajar la musculatura que esté tensa y mejorar la movilidad articular.
El tratamiento se realizará utilizando distintas técnicas, como:
– Aplicación de calor local
– Ultrasonido
– Masoterapia
– Técnicas de Liberación Miofascial
– Ejercicios terapéuticos