Al realizar el odontólogo la evaluación de un niño, uno de los aspectos más relevantes para él es la posición que adopta la lengua durante el reposo, la deglución y la fonación, ya que la lengua al interponerse entre los dientes en reposo o deglución va a impedir que el entrecruzamiento de los incisivos anteriores se realice, provocando una mordida abierta.
En condiciones normales, durante el reposo, la porción dorsal de la lengua toca ligeramente el paladar mientras que la punta descansa a nivel del cuello de los incisivos superiores.
¿Qué causa este hábito?
Los niños al nacer presentan un patrón de deglución inmaduro con interposición de la lengua. Normalmente al crecer se desecha este patrón con interposición lingual y se pasa a un patrón maduro de deglución. Sin embargo, si el patrón con interposición se mantiene más allá de los cuatro años, el niño requerirá, probablemente, algún tipo de entrenamiento para desarrollar este patrón maduro de deglución.
Esta es una condición frecuente entre los niños que conservan los hábitos de succión por tiempo prolongado, principalmente succión de dedos, chupete y mamadera; ya que colocan la lengua en una posición muy baja, facilitando su proyección durante la deglución, lo que podría causar deformación del hueso y malposición dentaria.
Otro tipo de interposición lingual es durante la fonación, en la que el niño al emitir los fonemas D, T, S tiende a colocar la lengua entre los dientes, lo que es incorrecto ya que da a la pronunciación un tono infantil. Para pronunciar en forma correcta la lengua debe colocarse detrás de los incisivos superiores e inferiores. Se considera normal que durante los años en que el niño comienza a hablar, interponga la lengua, lo cual se corregirá solo a medida que aprenda a colocarla bien y a lograr mejor control de los movimientos finos de ésta.
Tratamiento
El tratamiento de este mal hábito requiere la intervención de un equipo multidisciplinario que incluya a odontólogos, pediatras, kinesiólogos, fonoaudiólogos, psicólogos y los padres. Además es imprescindible la participación activa del niño para realizar los ejercicios correctivos que se le indiquen y modificar su conducta frente al mal hábito.
Una de las consecuencias es que muchos ortodoncistas tienen la desalentadora experiencia de ver como al terminar con buenos resultados el tratamiento de un paciente, descubren que el caso ha recidivado a causa del patrón de deglución con interposición lingual del paciente. Si se permite que la lengua continué con su acción de empujar los dientes, ésta continuará presionando los dientes y ejerciendo fuerzas sobre ellos, lo que hará fracasar el trabajo ortodóncico.
Solución
La técnica probada más efectiva para resolver el problema de la interposición lingual es a través del entrenamiento de los hábitos orales. Este tratamiento reeduca las musculatura oral involucrada en la deglución mediante el cambio del patrón de deglución del paciente.
Prevención
Un aspectos muy importante es interceptar los malos hábitos para prevenir las alteraciones que se producen a nivel dentario y esqueletal, ya que mientras más precoz sea la eliminación del mal hábito, menores serán los trastornos que cause. El pediatra al realizar sus controles junto con los padres deben pesquizar si el niño presenta malos hábitos orales como: respiración bucal, hábitos mordiscantes (comerse las uñas, comer lápices, etc), succión de dedos, interposición lingual u otros, para eliminarlos desde un inicio y prevenir alteraciones futuras.